Prevalencia de trastornos del sueño y estrés de los pacientes de 18 a 59 años de la UMF 92 del IMSS (2025)

Índice

  • 1 Resumen
  • 2 Abstract
  • 3 Introducción
    • 3.1 Relación trastorno del sueño y estrés
    • 3.2 Evaluación del trastorno del sueño
  • 4 Objetivo
    • 4.1 Objetivos generales y específicos
  • 5 Material y métodos
  • 6 Resultados
  • 7 Discusión
  • 8 Conclusiones
  • 9 Gráficas
  • 10 Bibliografía

Incluido en la revista Ocronos. Vol. VII. Nº 12–Diciembre 2024. Pág. Inicial: Vol. VII; nº 12: 866.3

Autor principal (primer firmante): Ángel Timoteo López Castro

Fecha recepción: 21 de diciembre, 2024

Fecha aceptación: 25 de diciembre, 2024

Ref.: Ocronos. 2024;7(12): 866.3

Autor principal: Ángel Timoteo López Castro*

Coautores Guadalupe Isabel Livier Gutiérrez Ayala**, Evelyn Azucena Cruz Villanueva***, Missael Diosdado Elvira****

*Médico Residente del tercer año de la especialidad en Medicina Familiar, UMF 92, Guadalajara, Jalisco.

Prevalencia de trastornos del sueño y estrés de los pacientes de 18 a 59 años de la UMF 92 del IMSS (1)

**Coordinador Clínico de Educación e Investigación en Salud, UMF 92, Guadalajara, Jalisco.

***Médico Residente del tercer año de la especialidad en Medicina Familiar, UMF 92, Guadalajara, Jalisco

****Médico Residente del tercer año de la especialidad en Medicina Familiar, UMF 92, Guadalajara, Jalisco

Resumen

De acuerdo con el reporte del centro nacional de investigación de trastornos del sueño en México, la prevalencia de estos es del 30% de la población, siendo en nuestro estudio hasta un 60%, con lo cual se infiere que la población de la UMF 92 es superior su prevalencia que la población en general. Siendo más común en los adultos mayores, con lo cual, en base a las frecuencias estudiadas en este estudio, no correlacionan con la población de la UMF 92, que es más prevalente en el adulto joven.

En nuestro estudio para la prevalencia de estrés, se asoció a una gran población de hasta el 71%, con lo cual se corrobora que es una enfermedad muy común en esta clínica UMF 92. En 2018 se realizó una investigación en la cuestión de las personas que presentaban trastornos del sueño, en donde fue más prevalente el sexo femenino, hasta en un 40% más prevalente que el sexo masculino, mismo que se corrobora en esta tesis, siendo hasta en un 51% más prevalente que los hombres.

En el 2022 Samaniego, una empresa realizo una investigación acerca de cuál eran los factores personales más asociados a trastornos del sueño, en el cual se encontró asociado a la presencia laboral como detonante para la presencia de trastornos del sueño, en el cual en nuestro estudio no ahí relevancia de dicho parámetro para la presencia de dichos trastornos.

La relación entre trastornos del sueño y estrés es una dirección bidireccional, encontrándose en esta tesis, una relación muy asociada, misma que se relaciona con el estudio realizado en 2019, por la universidad de Colombia, en donde guardan una asociación muy estrecha ambas, más sin embargo con mayor prevalencia en nuestro estudio la cuestión de disfunción familiar, como agravante para ambas enfermedades.

Abstract

According to the report from the National Sleep Disorders Research Center in Mexico, the prevalence of these disorders is 30% of the population, whereas in our study, it reached up to 60%. This suggests that the prevalence among the population at UMF 92 is higher than that of the general population. Sleep disorders were more commonly observed among older adults; however, based on the frequencies studied in this research, this does not correlate with the population of UMF 92, where young adults were more affected.

In our study on stress prevalence, a significant portion of the population, up to 71%, was affected, confirming that stress is a very common condition at UMF 92. A 2018 investigation into individuals with sleep disorders found a higher prevalence in females, with women being up to 40% more affected than men. This finding is corroborated in this thesis, showing a 51% higher prevalence in women compared to men.

In 2022, Samaniego, a private company, conducted research on the personal factors most associated with sleep disorders. Their study found that occupational presence was a significant trigger for sleep disorders. However, in our study, this parameter was not relevant for the occurrence of such disorders.

The relationship between sleep disorders and stress is bidirectional. In this thesis, a strong association between the two was identified, consistent with a 2019 study conducted by the University of Colombia, which also found a close link between these conditions. However, our study highlights that family dysfunction appears as a significant aggravating factor for both conditions, with greater prevalence compared to previous findings.

Palabras clave:

ARIMAC: Área de Información Médica y Archivo Clínico

CLIEIS: Comités Locales de Investigación y Ética en Investigación en Salud

UMF: Unidad de Medicina Familiar

Enviar artículo para publicar

IC: Intervalo de Confianza

IMSS: Instituto Mexicano del Seguro Social

SIMF: Sistema de Información de Medicina Familiar

SPSS: Statistical Package for Social Sciences

Introducción

Para entender la importancia del sueño, se debe de tener presente que el sueño consume la tercera parte de la vida del ser humano, y se ha encontrado que la privación del sueño puede causar la muerte más rápido, incluso igual que la privación total de alimentos; motivo por el cual surge la necesidad de profundizar en los componentes teóricos que conforman el sueño (1).

De acuerdo con el reporte del Centro Nacional de Investigaciones de Trastornos del Sueño, más de 40 millones de estadounidenses sufren de alteraciones del sueño crónicas e insomnio. Cerca del 35% tienen dificultades para iniciar o mantener el sueño, presentan despertares precoces o sueño no reparador y 10% refieren que esto es causa persistente de interferencia seria en sus actividades diarias (2). La incidencia de trastornos del sueño es de 30% (4) y más de la mitad no solicita tratamiento (3).

En México, algunos estudios consignan una prevalencia del insomnio en las mujeres del 40%, debido a que es más prevalente en este tipo de población (5). Varios estudios demuestran que el 50% de los adultos presentan síntomas de insomnio, el 10-15% de los adultos que tienen insomnio es lo suficientemente severo para causar alteraciones en su vida diaria y del 25-35% de la población puede cursar con insomnio ocasional o transitorio (3). De acuerdo a la Clasificación Internacional de trastornos del sueño, la prevalencia de los diferentes tipos de insomnio en población general es variable, se reporta de 15-20% para el insomnio agudo, siendo más común como ya comentado en mujeres y adultos mayores.

El insomnio crónico es de menos del 10% de los adultos y del 57% en los adultos mayores no institucionalizados. Las enfermedades neurológicas son las que más frecuentemente producen insomnio, ya que 66.7% de los enfermos se quejan de este trastorno, seguidas de las enfermedades respiratorias 59.6%, problemas gastrointestinales 55.4%, las que producen dolor 48.6%, y cardiovasculares 44.1% (6).

Una de las actividades de mayor relevancia para el funcionamiento óptimo del organismo es el sueño. Su importancia radica con el hecho de que nos permite restaurar y reorganizar las funciones cognitivas implicadas en el aprendizaje e implementadas durante el transcurso del día (7). La mala calidad y la disminución en las horas de sueño se han asociado con un aumento de la incidencia de obesidad en la población mundial. Por tanto, es de vital importancia valorar la calidad del sueño con el estrés, debido a que México es uno de los países con mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad constituyendo un problema de salud pública en México, es necesario una implementación de estrategias orientadas a la detección temprana, la prevención y el tratamiento integral, así como del control del creciente número de pacientes (4).

La calidad del sueño es un fenómeno complejo que conceptualmente involucra aspectos cuantitativos y cualitativos del sueño, asociada con estimaciones subjetivas de la facilidad de aparición del sueño, su mantenimiento, el tiempo total del sueño, los despertares tempranos, la agitación durante la noche, los movimientos durante el sueño, la ansiedad, la tensión y la falta de calma, cuando se intenta dormir, así como la percepción de la profundidad del sueño, no solamente con no dormir bien, sino también con la calidad de funcionamiento durante la vigilia (4, 8). Así pues, el valor esencial del sueño consiste en su calidad, es decir que cuente con el número adecuado de horas y que permita restablecer de manera eficaz al cuerpo para así poder afrontar de manera favorable la posterior etapa de vigilia (7).

Nadie puede dudar de la importancia del sueño en la vida de los seres humanos, si se considera que al nacer tienen una necesidad elevada de número de horas de sueño, estimadas en un recién nacido entre unas 16-18 h por día, estas van disminuyendo progresivamente con el paso del tiempo hasta estabilizarse en alrededor de 8 horas al día en los adultos normales y reduciéndose más conforme envejecen, hasta terminar en 6 h diarias del sueño. (1, 9).

Es fundamental para lograr el buen funcionamiento mental y físico del ser humano, siendo aún más importante en las personas que son sometidas a diario a grandes exigencias laborales y académicas por lo que habitualmente se ven afectados por su ciclo normal de calidad sueño/vigilia y por consecuente el rendimiento profesional y académico de los mismos, es crucial para mantener un buen estado de salud y que hace que funcione de manera óptima (10).

El insomnio es uno de los problemas más prevalentes en las personas adultas de edad avanzada, algunos lo han mencionado como un problema de salud pública, asociado a cambios de estilos de vida y a condiciones socioeconómicas, relacionado con otras morbilidades y contribuye a la disminución de la funcionalidad en los adultos mayores. Estos trastornos del sueño, son poco valorados por los médicos, y por lo tanto son maltratados (5). La conducta del sueño es la más evidente de nuestros ritmos biológicos internos, se manifiestan como un ciclo que varía entre el sueño y la vigilia, sin que esta división entre el sueño y el despertar se establezca de manera absoluta (1). Pese a los avances científicos que permiten estudiar el sueño, aún no está clara su naturaleza y su función, por eso es que resulta difícil determinar el número de horas de sueño y un patrón determinado de sueño que sea fijo para el ser humano, ya que las horas que se emplean para dormir, son variables en las distintas fases del sueño y a lo largo de las distintas edades de la persona (1). Es considerada la conducta del sueño como un estado de inconsciencia reversible, si se estimula a la persona de manera adecuada para que despierte, a diferencia de otros estados de inconsciencia inducida, como la anestesia general o la hipnosis (1).

El sueño es un proceso fisiológico vital con funciones de restauración, que se compone de las siguientes etapas: 1.- Sueños de movimientos oculares rápidos (sueño MOR). Representa el 20-25% del total del sueño; se caracteriza por sueños vividos, aumento de actividad cerebral, incremento de la frecuencia cardiaca y respiratoria e inhibición de la actividad de los músculos voluntarios. 2.- Sueño no MOR (NMOR), se divide en 3 etapas: A) Etapa 1: estado de transición, sueño ligero, se presenta (cabeceo), actividad de ondas cerebrales reducida con movimientos oculares lentos. B) Etapa 2: relajación muscular, disminución de la temperatura corporal y de la frecuencia cardiaca, espigas del sueño y complejos K en el electroencefalograma. C) Etapa 3: sueño profundo, ondas cerebrales de alto voltaje y baja frecuencia es la etapa de sueño reparador. Los estados del sueño se alternan en ciclos de 90 a 110 minutos de duración, completar varios ciclos durante una noche (4 al menos) garantiza el descanso del individuo.

Existen algunos factores de riesgo para que se presenten los trastornos del sueño en los adultos mayores como, por ejemplo: cambios asociados al envejecimiento, modificaciones en el ciclo circadiano, patologías y tratamientos de las mismas asociadas, costos, vida social, laboral y económicos (5). A nivel laboral existen algunas cuestiones que correlacionan la calidad del sueño positivamente con la satisfacción laboral, como en el ámbito médico o de Enfermería, que trabajan turnos de noche, mejorando la calidad de vida de la persona, por tanto, una gran satisfacción laboral es de gran importancia gozando de una mejor salud y viviendo más años (8, 10). Se considera satisfacción laboral como un estado emocional de sentimientos o respuestas afectivas (10). Muchas investigaciones demuestran que existe una estrecha relación entre los procesos de sueño y el estado de salud físico o psicológico de una persona.

Los trastornos del sueño son comunes en la población universitaria, desarrollando en su mayoría insomnio y disfunción eréctil en algunos casos, debido a las exigencias académicas, manejo inadecuado del fracaso o rechazo, cambios constantes de ritmo de estudio, carga excesiva de cursos y actividades escolares, y patrones del sueño alterados (11). El no dormir lo suficiente es perjudicial para la salud, ya que puede comprometer seriamente la calidad de vida, entendida esta como la sensación personal de bienestar, de salud, funcionalidad diaria, rendimiento laboral, capacidad de disfrutar de la vida, aceptar la enfermedad. Por lo cual, es importante que se fomenten hábitos en favor de una buena salud del sueño y así mejorar la calidad de la vida del individuo (1).

Relación trastorno del sueño y estrés

Los trastornos de salud mental según la OMS (Organización mundial de la salud) son considerados como uno de las 10 primeras causas de morbilidad a nivel mundial. En tiempos actuales se reconoce que el estrés es uno de los grandes conflictos a los que se enfrentan los administradores de las diversas organizaciones. Cuando los trabajadores son sometidos a niveles de estrés alto, rinden menos en su trabajo, por diversos motivos como la desmotivación, enfermedad, cansancio, presiones, etc. (12) Existe evidencia de que los trastornos del sueño y los trastornos psiquiátricos están significativamente relacionados dada su compleja relación (11), considerándose un alto nivel de estrés que pone en riesgo el bienestar físico, ya que trae consigo el aumento del ritmo cardiaco, la tensión muscular, el insomnio y el hipersomnio, así como alteraciones gastrointestinales, respiratorias y cardiovasculares (13).

Esta condición afecta la vida profesional, social o familiar y provoca problemas de concentración y memoria. Desafortunadamente, a pesar de la alta prevalencia, los trastornos del sueño siguen estando mal identificados, menos del 20% de las personas con insomnio son correctamente diagnosticadas y tratadas (11) Los trastornos del sueño y el estrés tienen una relación bidireccional, laboral y familiar principalmente cuando se vive la etapa adulta, es decir que el estrés modifica o modula la cantidad y la calidad de sueño, pero a su vez la cantidad y la calidad del sueño regulan los niveles de estrés (13).

La calidad y cantidad del sueño se modifican por las condiciones de estrés sufridas durante la vigilia, lo cual plantea una relación bidireccional donde el estrés genera cambios en el ciclo sueño-vigilia y a su vez, el poco sueño según su cantidad y calidad genera estrés, llevando al ser humano a tener diversas consecuencias tales como baja velocidad de procesamiento o lentitud de pensamiento dificultad para lograr la concentración (13). Importancia del estrés.

Por otra parte, en conjunto del trastorno del sueño con el estrés percibido se define como una reacción fisiológica y emocional que se da consecuencia de la evaluación subjetiva que la persona hace de una situación desafiante o amenazante y la valoración sobre si tiene o no las habilidades y recursos para afrontarla (13). El estrés es definido como una tensión que ocurre en los sujetos como respuesta a fuerzas provenientes del medio externo, implicando cualquier factor que actúe interno o externamente al cual se le hace difícil adaptar y que induce un aumento en el esfuerzo por parte de la persona para mantener un estado de equilibrio dentro del mismo y con su ambiente externo, es decir es algo externo a su entorno (4,12).

El estrés laboral es un tipo de estrés asociado al ámbito del trabajo que puede ser puntual o crónico, aunque la mayoría de los casos es crónica, ya que la población trabajadora se centra en adultos que aportan la economía a sus familias lo que los coloca en un primer peldaño por encima de las primeras economías del mundo, dando 5 tipos de causas: trabajo, finanzas personales, violencia, tráfico vehicular, problemas familiares y de pareja. (14) El hecho de presentar actitudes y sentimientos negativos hacia el trabajo, tienen diferentes efectos adversos en la salud como la fatiga física, desórdenes cardiovasculares y otros trastornos como ansiedad, depresión, pérdida de motivación, irritabilidad y alteraciones en el sueño.

Adicionalmente, la ejecución de tareas estresantes aumenta el consumo de alimentos, sobre todo azúcares y grasas, especialmente si ya sufrían sobrepeso y obesidad (4). En los tiempos actuales, con el advenimiento y desarrollo de la tecnología, se da un incremento progresivo de la exposición a luz artificial por las noches debido a las actividades académicas, sociales, económicas, actividades de diversión, entretenimiento para unos y trabajos nocturnos para otros, a lo que se suman el uso masivo de dispositivos electrónicos (1). Por consiguiente, este estrés se entiende desde tres perspectivas: la primera ambiental, que se centra en los eventos vitales estresantes, la segunda la psicológica, que implica la experiencia subjetiva y respuesta emocional frente a los factores estresores, y la tercera la biomédica, que estudia la respuesta y los sistemas fisiológicos involucrados en el afrontamiento de los asuntos vitales.

En consecuencia, con lo anterior, en la actualidad se cuenta con varios instrumentos autoadministrados para la cuantificación del estrés percibido en el contexto clínico y en investigación epidemiológica. Evaluación del estrés. Tomando en consideración la escala de estrés percibido (EEP), es una de las escalas más conocidas para la medición de la respuesta psicológica general frente a los estresores, creado en 1983 y validado en 2006 en España. Siendo el estrés percibido no solo un indicador de que representa un riesgo para la salud integral de las personas que solicitan servicios de salud, sino que también afecta el desempeño académico de las personas que pertenecen a la clínica a estudiar.

Esta escala es un instrumento de auto informe que permite conocer el nivel de estrés percibido durante el último mes, consta de 14 ítems con un formato de respuesta de una escala de cinco puntos (0 = nunca, 1 = casi nunca, 2 = de vez en cuando, 3 = a menudo, 4 = muy a menudo).

La puntuación total de la EEP se obtiene invirtiendo las puntuaciones de los ítems 4, 5, 6, 7, 9, 10 y 13 (En el sentido siguiente: 0=4, 1=3, 2=2, 3=1 y 4=0) Y sumando entonces los 14 ítems. La puntuación directa obtenida indica que a una mayor puntuación corresponde un mayor nivel de estrés percibido. (2)

Evaluación del trastorno del sueño

Los diarios de sueño, que habitualmente se emplean en la evaluación clínica, permiten realizar una estimación cuantitativa del dormir, sin embargo, no consideran aspectos cualitativos. La calidad del dormir, por su parte, es difícil de definir, ya que es una dimensión más amplia y compleja que comprende aspectos cuantitativos, pero también subjetivos de bienestar y de funcionamiento diurno, entre otros.

Como una forma de aproximarse a su medición, en 1989 Buysse y colaboradores presentaron el índice de calidad de sueño de Pittsburgh (ICSP), un cuestionario autoaplicable que proporciona una calificación global de la calidad del sueño a través de la evaluación de siete componentes hipotéticos.

El ICSP ha logrado amplia aceptación en el área clínica y de investigación y se ha traducido a varios idiomas. Desde 1997 se encuentra disponible una traducción al español. Esta escala permite evaluar la calidad del sueño en el insomnio o la presencia de otros trastornos del sueño, y obtener información a través de la persona con la que duerme el paciente. El ICSP resultó ser un instrumento sencillo y accesible tanto en términos de llenado como de obtención de la puntuación, confiable para la medición de la calidad del sueño en población mexicana tanto en el campo clínico como en el de investigación.

El índice de calidad de sueño de Pittsburgh (PSQI) Consta de 19 preguntas autoaplicadas y de 5 preguntas evaluadas por la pareja del paciente o por su compañero/a de habitación (Si éste está disponible). Sólo las preguntas auto aplicadas están incluidas en el puntaje. Los 19 ítems autoevaluados se combinan entre sí para formar siete «componentes» de puntuación, cada uno de los cuales tiene un rango entre 0 y 3 puntos. En cualquier caso, una puntuación de 0 puntos indica que no existe dificultad, mientras que una puntuación de 3 indica una severa dificultad. Los siete componentes entonces se suman para rendir una puntuación global, que tiene un rango de 0 a 21 puntos, indicando una puntuación de 0 puntos la no existencia de dificultades, y una de 21 indicando severas dificultades en todas las áreas estudiadas. (22)

Se considera como test a las pruebas destinadas a evaluar conocimientos, aptitudes o funciones, que pueden ser orales o escritos, en preguntas abiertas o de respuestas múltiples. A su vez, se considera retest a una prueba de fiabilidad que consiste en aplicar un mismo test en dos momentos distintos, de modo que, si esta es fiable, se obtienen los mismos resultados en ambas ocasiones. Pero cuando se desea saber medir la fiabilidad adecuada de un test o medida se utiliza la alfa de Cronbach. La fiabilidad tiene varias definiciones, pero se puede definir como la ausencia de errores de medida en un test, o cómo la precisión de su medición. La alfa de Cronbach se creó en 1951 fue creado por el psicólogo estadounidense lee Joseph Cronbach, muy conocido por sus trabajos en psicometría, dicho coeficiente consiste en la media de las correlaciones entre las variables que forman parte de la escala y puede calcularse de dos maneras a partir de las variantes (Alfa de Cronbach) O de las correlaciones de los ítems (Alfa de Cronbach estandarizado).

Se utilizará el coeficiente de alfa de Cronbach, cuando se desea calcular la fiabilidad, con resultados de entre 0 y 1, cuánto más próximo este a 1, más consistentes serán los ítems entre sí. En México, el coeficiente alfa de Cronbach es el más utilizado para la estimación de la confiabilidad bajo el método de la consistencia interna, siendo utilizado constantemente en estudios del servicio de salud. (21)

Objetivo

Los trastornos de salud mental según la OMS (Organización Mundial de la Salud) son considerados como uno de las 10 primeras causas de morbilidad a nivel mundial. En tiempos actuales se reconoce que el estrés es uno de los grandes conflictos a los que se enfrentan los administradores de las diversas organizaciones. Cuando los trabajadores son sometidos a niveles de estrés alto, rinden menos en su trabajo, por diversos motivos como la desmotivación, enfermedad, cansancio, presiones, etc. Los trastornos del sueño y el estrés tienen una relación bidireccional, laboral y familiar principalmente cuando se vive la etapa adulta, es decir que el estrés modifica o modula la cantidad y la calidad de sueño, pero a su vez la cantidad y la calidad del sueño regulan los niveles de estrés. Siendo un motivo de consulta frecuente se considera el abordaje de la prevalencia de estos trastornos en la UMF 92 del IMSS.

Esta condición afecta la vida profesional, social o familiar y provoca problemas de concentración y memoria. Desafortunadamente, a pesar de la alta prevalencia, los trastornos del sueño siguen estando mal identificados, menos del 20% de las personas con insomnio son correctamente diagnosticadas y tratadas, algunos de los factores que pueden tener relación en base a los trastornos del sueño es el estrés, teniéndose como una relación bidireccional.

Objetivos generales y específicos

Describir la prevalencia de trastornos del sueño y estrés de los pacientes de 18 a 59 años de la UMF 92 del IMSS.

  1. Describir el grado de estrés percibido que presentan los pacientes en la UMF de la 92 del IMSS de 18 a 59 años de edad mediante la aplicación de la escala de estrés percibido.
  2. Describir la calidad del sueño que presentan los pacientes en la UMF de la 92 del IMSS de 18 a 59 años de edad mediante la aplicación del índice de calidad del sueño de Pittsburgh.
  3. Describir los datos encontrados en cuanto a la prevalencia de los trastornos del sueño y estrés con base a la edad en los pacientes que pertenecen a la UMF de la 92 del IMSS.
  4. Describir los datos encontrados en cuanto a la prevalencia de los trastornos del sueño y estrés con base al sexo biológico en los pacientes que pertenecen a la UMF de la 92 del IMSS.
  5. Describir los datos encontrados en cuanto a la prevalencia de los trastornos del sueño y estrés con base al tipo de ocupación en los pacientes que pertenecen a la UMF de la 92 del IMSS.
  6. Conocer las situaciones personales presentes por los que atraviesa un paciente para que este desarrolle trastornos del sueño y estrés, en los derechohabientes de la UMF de la 92 del IMSS.

Material y métodos

Se trata de un estudio transversal y descriptivo.

Se llevo a cabo el desarrollo de la presente investigación en la UMF de la 92 del IMSS Miravalle, dentro de las instalaciones de los pacientes diagnosticados con trastornos del sueño por el sistema de información ARIMAC.

Se tuvo como universo de estudio a los pacientes pertenecientes a dicho grupo, los cuales son 87484, todos mayores de 18 años y menores de 59 años de edad, dicha muestra obtenida por el sistema de EPIINFO, con una frecuencia esperada de 80%, un margen de error de 5% y un IC del 95%. Tamaño de la muestra: Con un tamaño de muestra de 245 pacientes y ellos conformaron por muestreo aleatorio simple, no probabilístico la población a estudiar. Periodo en el que se realizará: Se llevo a cabo la recolección de datos durante el mes de febrero-marzo del 2023, todo el protocolo se llevó a cabo durante 6 meses posteriores a aprobación por dicho comité.

Para la elaboración de la presente investigación y debido a que en este momento se conoce al universo de estudio, se procedió a describir la prevalencia de los pacientes que padecen el trastorno del sueño en el servicio de ARIMAC, llevando un proceso de búsqueda de pacientes que cumplan con los criterios de inclusión; se procedió a tomar a toda esta población y ellos conformaron la población a estudiar a los cuales se les localizo en las instalaciones de la unidad ya mencionada durante los días lunes, miércoles, viernes en ambos turnos y sábado matutino, ya que la unidad cuenta con sexto día de consulta, ya que es un horario disponible de los investigadores que no se interpone en su ámbito laboral; se dio la información pertinente de dicho estudio de investigación, resolución, aclaración de dudas, comentarios, sugerencias y ayuda en el llenado del instrumento que se le proporciona a la población integrante, uno a uno que se localizarán por la sala de espera de la unidad por el tesista, siempre y cuando los pacientes acepten su participación mediante la autorización con firma en el consentimiento informado (anexo 1) que obtendrán de manera impresa; una vez establecida la selección y la captación de la autorización de los participantes, se les entrego el formulario de recolección de datos sociodemográficos y personales (anexo 2) el cual respondieron y regresaron al terminó para que posteriormente se les aplique el test de estrés percibido (anexo 3) y el instrumento de índice de calidad del sueño de Pittsburgh (anexo 3).

El test de estrés percibido que es un instrumento para valorar el estrés en la persona creado en 1983 y validado en España 2006. Esta escala es un instrumento de auto informe que permite conocer el nivel de estrés percibido durante el último mes, consta de 14 ítems con un formato de respuesta de una escala de cinco puntos (0 = nunca, 1 = casi nunca, 2 = de vez en cuando, 3 = a menudo, 4 = muy a menudo). La puntuación total de la EEP se obtiene invirtiendo las puntuaciones de los ítems 4, 5, 6, 7, 9, 10 y 13 (en el sentido siguiente: 0=4, 1=3, 2=2, 3=1 y 4=0) y sumando entonces los 14 ítems.

La puntuación directa obtenida indica que a una mayor puntuación corresponde un mayor nivel de estrés percibido. El índice de Calidad de sueño de Pittsburgh (PSQI), es un instrumento para valorar la calidad del sueño creado en 1989 y validado al español en 1997; consta de 19 preguntas autoaplicadas y de 5 preguntas evaluadas por la pareja del paciente o por su compañero/a de habitación (si éste está disponible). Sólo las preguntas auto-aplicadas están incluidas en el puntaje.

Los 19 Items autoevaluados se combinan entre sí para formar siete «componentes» de puntuación, cada uno de los cuales tiene un rango entre 0 y 3 puntos. En cualquier caso, una puntuación de 0 puntos indica que no existe dificultad, mientras que una puntuación de 3 indica una severa dificultad. Los siete componentes entonces se suman para rendir una puntuación global, que tiene un rango de 0 a 21 puntos, indicando una puntuación de 0 puntos la no existencia de dificultades, y una de 21 indicando severas dificultades en todas las áreas estudiadas. Una vez completado todos los datos sociodemográficos, el consentimiento informado y el test de estrés percibido de todos los pacientes del tamaño muestra, se realizó una estadística descriptiva, obteniendo resultados mediante la utilización de porcentajes y frecuencias con utilización de medidas de tendencia central.

Después se llevó a cabo la inferencia estadística utilizando pruebas paramétricas y no paramétricas, dentro de las paramétricas tomaremos la T de student para comparar las variables cuantitativas discretas de edad y la presencia de estrés en los pacientes con trastornos del sueño mediante el resultado numérico del test de estrés percibido y el índice de calidad del sueño de Pittsburgh; dentro de las no paramétricas tomaremos la prueba de chi cuadrada (x2) para comparar las variables cualitativas de sexo, ocupación y factores socioeconómicos.

Los datos se recabaron mediante una hoja de análisis y se procesó dicha información con el software estadístico SPSS para Windows. Finalmente se elaboró el análisis de los resultados encontrados, discusión de los resultados y así elaboramos conclusiones y el trabajo final por escrito de la presente investigación.

Resultados

Fueron 245 pacientes que se analizaron, para el estudio de la prevalencia de trastornos del sueño, con 123 mujeres (50.2%) y 122 hombres (49.8%), del cual la edad mas prevalente es con un rango de entre 41 a 50 años de edad (35.1%). La presencia de trastornos del sueño fue de 167 pacientes (68.2%) en relación con la ausencia de dicha enfermedad en 78 pacientes (31.8%).

En la evaluación del estrés percibido, se infiere la presencia de 175 pacientes (71.4%) y con una ausencia de 70 pacientes (28.6%).

En la cuestión de la situación personal presente, dicho estudio arrojo una presencia de 104 pacientes con disfunción familiar (42.4%), en base problemas personales 65 pacientes (26.5%), de considerarse con estrés 45 pacientes (18.4%) y con mala economía en base a su percepción del paciente fueron 19 pacientes (7.8%) y con pacientes que no presentan ninguna situación personal con 12 pacientes (4.9%).

En base al tipo de ocupación, se arroja que 72 personas del estudio son comerciantes (29.4%), empleados 65 personas (26.5%), profesionistas 56 pacientes (22.9%), y ama de casa solo 52 pacientes (21.2%), infiriendo que la mayor población es comerciante de la UMF 92 en base al estudio.

En cuestión de la estadística probabilística que se tomó en consideración, se arrojó como mediana la presencia de ambas enfermedades como prevalentes presentes, como sexo femenino más común, y como edad la presencia de 41 a 50 años como la más frecuente, la disfunción familiar como la más frecuente, más frecuente en los comerciantes.

En base a los resultados, se asocia la presencia de escala de estrés percibido con t de Student mediante la asociación a la edad, en donde se infiere que la presencia en el grupo de edad de 18 a 30 años el valor promedio es de 1.68, en el grupo de edad de 31 a 40 años la presencia de dicha enfermedad con un valor promedio de 1.14, en el grupo de edad de 41 a 50 años es un promedio de 1.27, y en el de 51 a 59 años es de 1.13, se infiere por tanto que es más prevalente en la edad de 41 a 50 años (tabla 8). Dicha tabla se valora como significancia a la cuestión de edad sobre la presencia de estrés percibido, mismo que es más prevalente y significante en el grupo de población de 41 a 50 años.

Se arrojo como resultado la presencia de estrés percibido en base al sexo biológico, donde se infiere que 89 mujeres presentaron el estrés y 86 hombres también lo presentaron, dándose mayor prevalencia en el sexo femenino, incluso ante los que no lo presentan (tabla 10 y grafica 7). Se toma en consideración con poca significancia la cuestión del sexo biológico, para la presencia de estrés percibido o no.

Prevalencia de escala de estrés percibido en base a la relación del sexo biológico. Se infiere que la asociación del estrés percibido en relación a la situación personal es más prevalente la disfunción familiar, como segunda frecuencia la presencia de problemas personales, con un porcentaje de 45.1% como la mayor situación que se presenta. Se asocia una significancia no valorable para la hipótesis, por tanto, no influye la situación personal en la presencia o no de estrés percibido.

La relación del trastorno del sueño, con el sexo biológico, arroja un porcentaje de 50.3% más prevalente en mujeres que en hombres, con poca significancia en cuestión de la presencia de trastornos del sueño en base al sexo biológico.

La siguiente asociación es la escala del trastorno del sueño en relación a la situación personal presente, donde se encuentra con mayor prevalencia la disfunción familiar con 47.3%, pero sin significancia en base a chi cuadrada, donde no se tiene significancia para tomarlo en cuenta para la presencia de trastornos del sueño.

Discusión

De acuerdo con el reporte del centro nacional de investigación de trastornos del sueño en México, la prevalencia de estos es del 30% de la población, siendo en nuestro estudio hasta un 60%, con lo cual se infiere que la población de la UMF 92 es superior su prevalencia que la población en general. Siendo más común en los adultos mayores, con lo cual, en base a las frecuencias estudiadas en este estudio, no correlacionan con la población de la UMF 92, que es más prevalente en el adulto joven.

En nuestro estudio para la prevalencia de estrés, se asoció a una gran población de hasta el 71%, con lo cual se corrobora que es una enfermedad muy común en esta clínica UMF 92. En 2018 se realizó una investigación en la cuestión de las personas que presentaban trastornos del sueño, en donde fue más prevalente el sexo femenino, hasta en un 40% más prevalente que el sexo masculino, mismo que se corrobora en esta tesis, siendo hasta en un 51% más prevalente que los hombres.

En el 2022 Samaniego, una empresa realizo una investigación acerca de cuál eran los factores personales más asociados a trastornos del sueño, en el cual se encontró asociado a la presencia laboral como detonante para la presencia de trastornos del sueño, en el cual en nuestro estudio no ahí relevancia de dicho parámetro para la presencia de dichos trastornos. Nuestro estudio arrojo que las situaciones personales más presentes en la relación con el trastorno del sueño es la disfunción familiar, misma que también puede producir estrés como factor de riesgo. La relación entre trastornos del sueño y estrés, es una dirección bidireccional, encontrándose en esta tesis, una relación muy asociada, misma que se relaciona con el estudio realizado en 2019, por la universidad de Colombia, en donde guardan una asociación muy estrecha ambas, más sin embargo con mayor prevalencia en nuestro estudio la cuestión de disfunción familiar, como agravante para ambas enfermedades.

En el 2020, el Dr Peña Rodríguez asocio el estrés como parte de la asociación del tipo de trabajo, y como ello influía en las situaciones personales de cada persona, encontrándose una relación en la cuestión de ser comerciante y empleado como las principales ocupaciones que pueden producir estrés, mismas que se relacionan con este estudio, y como cuestiones personales, no se encuentra relación con el estudio mencionado con nuestra tesis.

Conclusiones

Se determinó que la prevalencia de trastornos del sueño en la UMF 92 fue de más del 68% predominando en la población de 41 a 50 años, con poca diferencia con respecto al sexo.

Además, se concluye que la prevalencia de estrés percibido, por la población de la UMF 92 fue de más del 71%, con predominancia en la población de 41 a 50 años, sin diferencia con respecto al sexo.

En cuestión del sexo femenino, se encontró como más prevalente para la relación de trastornos del sueño y estrés, pero con poca significancia, y no hubo diferencias en la cuestión de la prevalencia en ambas enfermedades.

La disfunción familiar, es la situación personal más común, que puede afectar la presencia de trastornos del sueño y el estrés.

La mayoría de los derechohabientes de la clínica UMF 92 son comerciantes, pero no hubo una relación en cuestión de la ocupación a la presencia de trastornos del sueño y estrés.

A pesar de ser una clínica con gran población que padece trastornos del sueño y estrés, no se relacionó con una asociación que uno depende de otro, siendo más prevalente el estrés a comparación de los trastornos del sueño.

Gráficas

Ver Anexos al final del artículo.

Anexos – Prevalencia de trastornos del sueño y estrés de los pacientes de 18 a 59 años de la UMF 92 del IMSS.pdf

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